La investigación se basó en un estudio de entrenamiento, en el que participantes divididos en tres grupos realizaron un ejercicio de resistencia de brazos durante cuatro semanas. A lo largo de ese período, compararon los cambios en la fuerza y el grosor muscular.

El estudio fue publicado en la Revista Escandinava de Medicina y Ciencia en el Deporte, y arrojó conclusiones que indicaban que una mayor frecuencia de trabajo, sería el enfoque más efectivo en el entrenamiento muscular.

Los grupos se identificaron de la siguiente manera: 

•  Grupo 30 contracciones un solo día a la semana (30X1).
•  Grupo 6 contracciones al día, cinco veces por semana (6X5)
•  Grupo 6 contracciones solamente un día a la semana. (6×1)

El ejercicio consistió en realizar «contracciones de bíceps excéntricas voluntarias máximas», en una máquina que mide la fuerza muscular en cada contracción muscular.

Después de cuatro semanas, el grupo que realizó 30 contracciones en un solo día no mostró ningún aumento en la fuerza muscular, aunque el grosor muscular (un indicador del aumento del tamaño muscular) aumentó un 5,8%.

El grupo que realizó seis contracciones una vez a la semana, no mostró ningún cambio en la fuerza ni en el grosor muscular.

Mientras que el grupo 6×5, que realizó seis contracciones, cinco veces por semana, vio aumentos significativos en la fuerza muscular, superiores al 10%, con un aumento en el grosor muscular similar al grupo 30×1.

Según Ken Nosaka, profesor de Ciencias del Deporte y Ejercicio en la ECU, «La gente piensa que tiene que hacer una larga sesión de entrenamiento de resistencia en el gimnasio, pero ese no es así» y agregó: «Las adaptaciones musculares ocurren cuando estamos descansando; si alguien pudiera entrenar de alguna manera las 24 horas del día, en realidad no habría ninguna mejora».