Desde Comunidad fitness, estuvimos charlando con Florencia Bossi, sobre los primeros pasos que deberían realizar los centros deportivos para registrar su marca y cuales son los derechos que obtienen los clientes al hacerlo.

Florencia se recibió de abogada hace ocho años. Antes de finalizar sus estudios, descubrió que le interesaba la propiedad intelectual y trabajó en diversos estudios jurídicos, realizando asesoramiento en materia de marcas y derecho de autor, contratos y protección de datos personales, entre otros temas vinculados.

¿Cuáles son los beneficios que obtiene el cliente registrando su marca? 

El mayor beneficio es que el cliente pueda tener herramientas para defenderse ante una persona o empresa que esté utilizando su marca. Tuve casos de clientes que utilizaron la marca por años sin registrarla y de un día al otro un tercero registró esa misma marca. 

Según la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, la propiedad intelectual (PI) se relaciona con las creaciones de la mente: invenciones, obras literarias y artísticas, así como símbolos, nombres e imágenes utilizados en el comercio. Las marcas, patentes, el derecho de autor y demás derechos de propiedad intelectual permiten obtener reconocimiento o ganancias por las invenciones o creaciones, incentivando la creatividad y la innovación.

¿Cómo debería comenzar alguien que quiere ponerse un centro deportivo?

Mi consejo es que se asesoren desde el principio. Hay veces que con la ilusión de comenzar un proyecto pensamos una marca, empezamos a trabajar en la publicidad, en la página web, en el logo y al terminar todo ese proceso e invertir ese dinero, el agente de propiedad intelectual me informa que mi marca no es registrable y tengo que comenzar desde cero.

Comprendo, ¿Y el proceso de registrar una marca como sería?

Lleva entre 12 y 18 meses hasta la eventual concesión. Si no hay oposiciones de terceros ni vistas del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), es decir, si no hay observaciones sobre los requisitos legales que tiene que cumplir esa marca según la Ley 22.362 de Marcas y Designaciones de la Argentina, el trámite es lineal. Cuando la solicitud es ingresada, el INPI verifica el cumplimiento de los requisitos formales, pasando a una etapa de publicación. Durante 30 días, cualquier persona que considere que tiene un mejor derecho, se puede oponer al registro.

¿Cómo continúa el trámite?

Transcurrido ese plazo, si no hay oposiciones, se realiza el análisis de fondo del INPI, que chequea que esa marca cumpla con todos los requisitos de la ley, es decir, que no sea igual a otra marca, que no sea descriptiva de los productos o servicios a distinguir, que no introduzca al error por parte de los consumidores, entre otros, finalmente si se cumplen todos los requisitos de la ley. La marca es concedida.

¿Por cuánto tiempo se mantiene la marca?

Los registros duran diez años y son territoriales, es decir que un registro de marca en Argentina tiene efectos solamente en el país. De todas formas, se pueden renovar cada diez años.

¿Cuándo entra en caducidad una marca?

En 2019, entró en vigencia una modificación de la Ley 22.362 de Marcas y Designaciones de la Argentina, que tomando un poco la tendencia a nivel mundial, exige una declaración jurada cada cinco años donde la persona manifiesta que la marca fue utilizada dentro de los cinco años previos al vencimiento en: la comercialización del producto, la prestación del servicio o como parte de la designación de una actividad. Lo que se busca, es que las marcas se utilicen, ya que están creadas para eso, y en caso de no hacerlo por cinco años, entran en lo que se llama “caducidad”.

¿Qué tanto puede valer la marca?

Hay casos de empresas, cuyos activos más valiosos son su propiedad intelectual. Podemos poner muchos ejemplos, pero el más relevante sería el de una reconocida marca de gaseosa, en el qué es imposible que no pensemos en la bebida que todos conocemos y de eso se trata también… De proteger el activo más importante de una empresa, que puede diferenciarnos.